El día que besé a una niña (3era parte)

Ya me había propuesto no sentirme mal. Los remordimientos ya no estaban en mis planes (bien ruda, jaja).

Yo creía que la única que confundido sentimientos era yo, pero no era así.

Platicándo, como ya era nuestra costumbre, me dijo algo que realmente me sorprendió:

Ella: Te quiero decir algo, pero no quiero

Yo: ¿Qué pasó?

Ella: ¡Es que me da pena!

Yo: ¿Es algo malo?

Ella: No

Yo: ¿Me perjudica?

Ella: No

Yo: ¿Entonces?

Ella: Es que no...

Yo: Bueno entonces no me digas y ya

Ella: Ayer estaba platicando con Gaby

Yo: ¿Y?

Ella: Dijo que te le hacías bien linda, a lo mejor y hasta le gustabas

Yo: (Reía super nerviosa) Jeje, que cosas...

Ella: Y me puse celosa

Yo: ¿?

Ella: Es que me gustas, no me agradó que dijera eso...

Yo: O_O?! Amm... Pues... ¿Qué te digo? Umm... No esperaba eso... ¿Te parece si olvidamos que dijiste eso?

Ella: Bueno...

Para mi mala suerte, el ambiente (y me refiero a la situación, jeje) no ayudaban, al tratar de olvidar lo que la chica había dicho, suena la canción de "Amor eterno"

Ella: ¿Sabes que quiero?

Yo: Umm... No

Ella: Cuando yo me muera, quiero que me lleves esa canción

Ya sé que suena super surreal, pero juro que eso dijo, hasta la fecha me lo recuerda. Ahí la situación me empezó a incomodar, ¿cuándo ella muriera? ¿Qué la hacía creer que yo la iba a buscar después de la prepa? ¿Por qué esa canción? ¿Qué pasaba ahí?

Yo: Je, estás loca, ¿me van a avisar que te vas a morir? ¿Eso (la canción) lo haría tu marido no? bueno, si te casas, supongo

Ella: Pero quiero que lo hagas tú

Yo: Pero no eres mi primer amor

Ella: Pero si tu primer mujer

¿Mi primer mujer? ¿De un beso que no había sucedido ese alboroto? Sí iba a ser la primera niña que besaría, pero hasta ahí, ¿no?

Terminó ese ciclo escolar. Era el último día de clases, por fin descansar, y me tomé eso tan en serio que ese día llegué ida a la escuela, sólo quería dormir, no más.

Se acabaron las clases y ella llegó, se me puso en frente:

Ella: ¡Ya¡ ¡Es hoy! Vámonos juntas

Yo: ¿Hoy qué? Ah, ya, bueno...

Tomó mi mano y salimos rápido, tomamos el camión, y el plan era ir a su casa y ahí sería, mientras yo iba dormitando en el camión, y ella me decía que no me durmiera, me despertaba cada vez que cerraba mis ojos. Por fin paró el camión y casi corrimos a su casa. Ya ahí sacó sus llaves abrió la puerta y nos metimos, cruzamos su patio, abrió otra puerta, y salió un niño pequeño. Era su primo. Al parecer inesperadamente su tía había llegado de visita con sus tres hijos y estaban por toda la casa. Esto arruinaba los planes, pero no las posibilidades, salimos de su casa

Ella: Vamos a la casa de Gaby

Yo: ¿Qué?

Ella: Sí, ahí

Yo: ¿Ya habrá llegado?

Ella: Salió antes que nosotras, así que es lo más seguro, ¡vámonos!

La casa de Gaby no estaba muy lejos, 4 cuadras o más de la de ella. Salimos a su casa.

Ella: ¿Por qué crees que me volví bisexual?

Yo: No sé, ¿por que te diste cuenta que también te gustaban las niñas?

Ella: Buen punto, eso gracias a Jaz

Yo: Bueno, ella no te obligó, estuviste bien dispuesta, jajaja

Ella: Jaja, si, pero ¿y si no me hubiera dejado llevar?

Yo: Creo que habrías terminado igual... Jajaja!

Ella: Jaja! Ves! ¿no que tenías sueño?

Yo: Dígamos que caminar y dormitar no es fácil, ja!

Ella: ¿Crees que yo te sonsaqué?

Yo: Pueeees... No, estoy aquí ¿no?

Ella: Yo digo que tú me sonsacaste

Yo: Jajaja! si, claro...

Ella: Jajaja!

Llegamos a la casa de Gaby, con la excusa de que íbamos a ver cómo practicaba sus paso de baile. Je, me sentí un poco mal por esa excusa, pero que podía hacer... Llegamos y nos recibió Gaby, pero nos dijo que tenía problemas con su internet para enseñarnos la coreografía completa, y que se iba a tardar en arreglarlo. Como yo seguía muriendo, literalmente, de sueño.

Le pedí que me prestara su cama para dormir mientras arreglaba el problema de su red. Gaby no se negó y me dijo que no había problema. Había olvidado por completo el por qué estábamos en esa casa, subí escaleras y me acosté en su cama. Ya estaba a punto de dormirme, y llegó ella...

Ella: (Con voz suavecita y muy bajito) Oye no te duermas

Yo: Es que tengo sueño

Ella: A ver paticame algo para que no te duermas...

Yo: No se...

Se acostó y se empezaba a acercar despacito

Ella: No te duermas

Yo: Es que muero de sueño, te lo juro...

Igual empezaba a acercarme. Sin darme cuenta, al hablar nuestros labios ya se estaban rosando, y me tocó la cara y el cabello, me vió una vez más, y ahí inició el beso. Por fin. No había lugar, no había tiempo y ahí se estaba dando. Pero oí un ruido, me separé de ella y salté

Ella: ¿Qué pasó?

Yo: Creo que es Gaby...

Ella: No es nadie

Me jaló y de nuevo me besó. La besé. La adrenalina de saber que alguien nos encontraría hacía ese momento más duradero. Nuevamente un ruido y me paré deprisa, nuevamente falsa alarma y nuevamente me recosté a seguir con el beso. De nuevo ese sonido, pero ahora no era una falsa alarma. Me paré, ella se paró y el último beso, ese sólo de roce en los labios, como una despedida.

Ella: ¿Y qué se siente besar a una niña?

Yo: Pues bien, como a un niño pero...

Llegó Gaby. Ya había arreglado su problema y nos llamaba a ver su coreografía. Creo que el no terminar mi respuesta no dejó una buena imagen en ella, porque entrecerró los ojos. No pude terminar mi respuesta, si lo hacía, comenzaría un interrogatorio por parte de Gaby para saber de qué hablábamos.

Vimos su coreografía. Nos fuimos.

Ella: Eso fue... lindo

Yo: Si

Ella: Y me ayudó a darme cuenta de que no me gustan las niñas, no soy bi

Yo: ¿si?

Ella: Sí, gracias por ayudarme a darme cuenta

Yo: ...

¿Qué pasó por mi cabeza? Jaja, sinceramente me sentí utilizada, ella ya me había dicho que sí se consideraba bisexual, hasta me había dicho que niña le gustaba (no era sólo yo). Otra cosa que pasó por mi cabeza fue ¿tan mal estuve? ¡Jajaja! ¿Por qué no me convencía su desición de dejar de ser bi? ¿Estaba enamorada que me empeñaba a negar su confirmación? No, por que ya no necesitaba verla como antes, ya no necesitaba que me hablara, no era eso, no era amor. Era una amiga más, pero no me convencía su desición. ¿Habrá creído que yo quería algo más, que mejor decidió decirme eso para que no sucediera?

En fin, algo que he aprendido, es que suponer cosas que creemos nunca pasarán, llegan y nos sorprende darnos cuenta que no nos equivocamos.