jueves, 22 de julio de 2010

"When love takes you higher" (Parte 4)

Salí de mi cuarto y vi que el cancel del balcón estaba abierto, las cortinas volaban con el aire frío y se sentía un frívolo ambiente dentro de casa. Me dirigí al cuarto de Jaime para ver si el sabía lo que estaba pasando pero no estaba ahí.
Decidí asomarme por el balcón y... Jaime estaba entre la banqueta de la calle y la calle, lleno de sangre. Creo que esa es una imagen que nunca podré borrar en mi vida.
Bajé rapidamente las escaleras del edificio y cuando por fin llegué hasta donde estaba él estaban algunos vecinos sorprendidos por lo sucedido, uno de ellos me dió una manta blanca para cubrir el ahora cadaver. Lo abracé, le dije que porqué me había hecho esto, mis lagrimas eran testigo del profundo dolor que sentía al ver que mi mejor amigo era el que estaba ahí y que nunca más volvería a estar conmigo. Media hora despues ya había llegado una ambulancia y una patrulla, a él lo llevaban al SEMEFO para aplicarle la autopsia y a mi me pusieron a disposición del Ministerio Público para rendir mi declaración de los hechos.
Acabando de rendir mi declaración la familia de Jaime acababa de llegar de Puebla, al ver a su mama me le acerque para darle un abrazo de condolencias pero ella me lo negó, -Todo esto es tu culpa!!-, me dijo. -Si tu no hubieras sonzacado a mi hijo de que se viniera a estudiar a la ciudad nada de esto hubiera pasado-. Al escuchar sus fuertes palabras hacia mí las lagrimas se asomaban por mis ojos pero en ese momento tenía que ser fuerte.
Sus padres decidieron trasladar el cuerpo a Puebla para darle cristiana sepultura; al principio no sabía si ir porque bien sabía que no sería bien recibido por los demás pero Jaime era mi mejor amigo y tenía que estar con el hasta el final.
Al estar en la funeraria me acerqué al feretro, todos a mi alrededor me veían con ojos intimidantes pero me despedí de él y después mi amiga Fernanda me acompañó a casa de mis padres.
Al concluir las investigaciones periciales, uno de los peritos me dió una carta que había escrito Jaime justo antes de su muerte. Decía lo siguiente:

Alex:
Cuando leas esta carta yo ya no estaré contigo, aunque sabes tu me enseñaste que la muerte no es el final, sino una transición. Y si así fuere ten por seguro que siempre estaré cuidandote y acompañandote donde quiera que estes y yo confío en que tu siempre sentirás mi presencia.
Quiero que sepas que estos años que pudimos disfrutar de esta verdadera amistad siempre estuve feliz de tenerte a ti, y tambien a los demás. Cada momento que pasamos, ya sea el mas feliz, o el mas triste nunca dudé de el profundo cariño que nos sentiamos el uno por el otro y éstos momentos mi querido Alex, son los que en verdad valen la pena y los que te inspiran a seguir en la vida. Pero aveces un momento de oscuridad, apaga la enorme llama de la felicidad, y quisiera decirte amigo mío que siempre tuviste razón respecto a lo que pensabas de mí, siempre tuve que finjir ser algo que no era, actuar, ser y pensar de una manera en la que yo no era y jamas pense que despues de tanto tiempo me llevaría a la frustración pero así fué. Y cuando te das cuenta de que no estas satisfecho con lo que haces en la vida entonces ya no tiene sentido vivirla.
Recuerdo muy bien la vez que platicabamos acerca del suicidio, que llegamos a la conclusion de que era un acto cobarde pero a la vez muy valiente. Tu que opinas que fué en mi caso? lo dejo a tu criterio...

Al terminar de leer la carta en efecto pude corroborar mis sospechas, hace algunos años Jaime fué descubierto con un chavo en su casa y sus padres lo llevaron a terapias y grupos para que se hiciera "normal". Cuando él me contó lo sucedido me juró que solo fué por curiosidad y que no sentía ninguna preferencia hacia los hombres, sin embargo yo siempre sentí que no era lo que en verdad sentía pero el siempre ocultó muy bien esa parte; y ahora eso fué lo que lo llevó a la muerte, el preferir morir a la decepcion y rechazo de su familia.

Durante los siguientes meses simplemente ya no era el mismo, tan solo mi mirada hacía notar mi profunda tristeza, en la escuela bajé mi rendimiento, de hecho me sacaron del Consejo de Alumnos Universitarios, casi no hablaba con nadie, no quería salir de casa... En ratos entraba al cuarto de Jaime, me sentaba en su cama y recordaba todos aquellos momentos que compartimos juntos, 8 años que fueron de reír, de gritar, de pelearse, de llorar pero lo mas importante de tenernos el uno al otro. Pero ahora solo eran recuerdos que se albergaban en mi mente, que me hacían pensar que incluso una amistad no es para siempre.
Ya habían pasado casi 3 meses, y todo seguía igual. Estando una vez sentado viendo fotos de Jaime tocaron la puerta, pero no quería abrir. -Sé que estas ahí Alex, abreme!!- me dijo. Era Rashid, mi querido ángel que siempre aparecía cuando la tristeza albergaba en mi vida.
Me levanté del sofá y fuí a abrirle, lo vi a los ojos fijamente y no dije ni una sola palabra simplemente lo abracé y comencé a llorar con un gran sentimiento.
Al igual que yo el no dijo nada solo despues ya que me había tranquilizado me dijo: -Aquí me tienes-, se sentó en el sofá y yo recosté mi cabeza sobre sus piernas. Me empezó a acariciar mi cabello hasta que me quedé profundamente dormido. Al despertarme ya no estaba ahí, me levanté y lo vi en la cocina, estaba preparando algo de cenar. Ayudé en poner la mesa y despues nos sentamos y aunque la verdad no tenía mucho apetito decidí mostrar mi mayor agradecimiento hacia él.
Estuvimos platicando, ya estaba mas tranquilo. Terminamos de cenar y justo cuando me estaba levantando para recoger los platos me dice: -Alex, espera un momento-. Me senté él tomó de una manera especial mi mano y me dijo: -Sé que estas pasando por un momento dificil pero es mejor que sea sincero contigo...-

(continuará)

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